miércoles, 18 de noviembre de 2009

La pareja gay obtuvo un turno para casarse por civil

Celebraron la decisión de Macri de no apelar el fallo y reclamaron a los legisladores nacionales “que cumplan con su trabajo” y den quórum para tratar el matrimonio homosexual.
No puedo dormir!”, dice el mensaje de texto que el cronista recibe en su celular pasada la medianoche del domingo. Es Álex Freyre, quien está a horas de protagonizar un hecho histórico: junto a su pareja, José María Di Bello, serán los primeros hombres gays en contraer matrimonio civil en América Latina. “Es una responsabilidad demasiado grande, no sé si estábamos preparados para esto. Estamos muy nerviosos”, reconoce Álex, ya en la mañana del lunes, mientras se prepara para enfrentar el día que le cambiará la vida. Cuenta que lo picó un mosquito en el labio y se queja: “¡Parezco Menem cuando lo picó la avispa!”. Le suena el otro teléfono, lo llaman de una radio. Desde temprano, no para de recibir llamados.
Mientras tanto, en las oficinas del Gobierno de la Ciudad, los funcionarios esperan que se venza el plazo legal y el fallo quede firme, ya que un matutino había echado a correr el rumor de que el fiscal Federico Andrés Villalba Díaz apelaría la sentencia que autorizó el casamiento. Luego de que Macri decidiera que la Ciudad no apelaría, el fiscal era el único que podía hacerlo. “Acabamos de confirmar que el fiscal no apeló, así que en unos minutos el Registro Civil estará dándoles turno a Álex y José María. Se casan el 1 de diciembre”, confirma a este diario una alta fuente del gobierno porteño cerca del mediodía.
La elección de la fecha (el 1 de diciembre es el Día Mundial de la Lucha contra el Sida) no es casual: los novios viven con VIH y son destacados activistas de organizaciones que trabajan en la prevención del virus. Álex es director de la Fundación Buenos Aires Sida y asesor del INADI en el tema. En 1996, en un almuerzo con Mirtha Legrand, la invitó a beber de su copa, para que la audiencia entendiera que el virus no se trasmite de esa manera, y también fue el promotor del acto en el que el gobierno porteño, en la época de Aníbal Ibarra, cubrió el Obelisco con un preservativo gigante, y rosa. José María es subsecretario de la Cruz Roja Argentina y dirige la Red Mundial de Personas Viviendo con VIH. Por esa militancia se conocieron y no podría haber un día mejor para casarse.
En el CGP Nº 14 de Palermo están organizando todo desde temprano. La propia directora, Gabriela Seijo –“¡Se llama casi igual que la jueza!”, se sorprende Álex– se comunicó durante el fin de semana con la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans para ofrecer que el matrimonio se celebre allí. “Que el primer casamiento gay de la Argentina sea en nuestro Registro sería un honor para mí y voy a estar encantada de recibirlos”, les dijo, y el gesto llevó a la pareja a cambiar los planes, ya que la idea original era ir a la sede central, en la calle Uruguay. “Saber que vamos a ser recibidos con tanta buena onda es importante, porque es un día histórico y queremos que sea perfecto”, explican. Entre los preparativos para la boda, la pareja está ahora pensando en quiénes serán los testigos. Dos ya están confirmados: el concejal socialista español Pedro Zerolo, principal impulsor de la ley de matrimonio gay en España, viajaría para la boda y también sería de la partida la titular del INADI, María José Lubertino.
Los novios habían concurrido a la sede central del Registro Civil en abril, pero les negaron el turno, ya que dos artículos del Código Civil impiden la celebración de un matrimonio entre personas del mismo sexo. Disconformes con la respuesta, fueron a la Justicia, tal como lo habían hecho antes otras cuatro parejas, en el marco de la campaña nacional de la Falgbt por la legalización del matrimonio gay.
María Rachid y Claudia Castro habían sido las primeras, en febrero de 2007, y el recurso de amparo que presentaron ya está a consideración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Las siguieron Alejandro Vanneli y Ernesto Larrese, en Buenos Aires, y luego Martín Scioli y Oscar Marvich, en Rosario. Álex y José María fueron la última pareja en presentar su amparo, pero la primera que recibe un fallo favorable en primera instancia. La semana pasada, la jueza Gabriela Seijas, titular del Juzgado de Instrucción Nº 15 en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires, declaró la inconstitucionalidad de los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenó al Registro Civil que los case.
Luego de la sentencia, todos pensaban que la Ciudad apelaría y la pareja debería esperar a que su caso llegara a la Corte, como el de María y Claudia. Algunas organizaciones ya estaban organizando un acto de repudio frente el gobierno porteño, pero Macri los sorprendió a todos. Tal como anticipó en exclusiva Crítica de la Argentina el viernes pasado, el jefe de Gobierno decidió no apelar el fallo y explicó en un video promocionado por YouTube, Facebook y Twitter que está de acuerdo con la legalización del matrimonio gay. “Siento que esto es un paso adelante y que el mundo va en esa dirección. Habrá gente que no estará de acuerdo, pero me parece que esto va a ser igual a lo que pasó con el divorcio, que fue un debate muy intenso y ahora es algo natural. Se trata de permitirle a la gente que decida libremente cómo se vincula y sea feliz. Espero que sean felices”, explicó Macri.
Esa decisión cambió el escenario político del debate en el Congreso, donde las comisiones de Legislación General y Familia podrían volver a reunirse esta semana para aprobar un dictamen a favor de los proyectos de Vilma Ibarra y Silvia Augsburger, que buscan legalizar el matrimonio gay en todo el país. Luego de dos semanas de intensos debates y pese al compromiso de la mayoría de los diputados que integran las comisiones, que habían prometido su apoyo a la iniciativa, el último plenario de las comisiones no tuvo quórum por la ausencia por los diputados de la UCR, el PRO y el Frente para la Victoria. Esta semana será la última oportunidad para aprobar el dictamen antes de que se termine el plazo reglamentario. La presidenta de la comisión de Legislación General y principal promotora del debate parlamentario que comenzó semanas atrás, Vilma Ibarra, adelantó a este diario que está conversando con legisladores de los bloques que no asistieron a las últimas reuniones para tratar de confirmar que una nueva convocatoria para esta semana no fracase por la misma razón. El radicalismo y el kirchnerismo estarían evaluando en estos días qué hacer, mientras que fuentes del macrismo advierten que el PRO podría dar quórum, en línea con la posición adoptada por el jefe de Gobierno porteño. “Lo estamos analizando”, aseguran.
Los novios salieron del Registro ayer al mediodía con todos los documentos en regla para su matrimonio civil. Los acompañaron la presidenta de la Falgbt, María Rachid, las otras parejas que esperan el resultado de sus recursos de amparo, los diputados nacionales Roy Cortina y Fernanda Gil Lozano, la titular del INADI, María José Lubertino, la directora nacional de Juventud, Mariana Gras, y la legisladora porteña Verónica Gómez, entre otros. Junto a ellos, una multitud de activistas, periodistas, vecinos y curiosos que no quisieron perderse el acontecimeinto.
–¿Te sorprendió la decisión de Macri de no apelar el fallo y declararse a favor del matrimonio gay?
–Sinceramente, no lo esperábamos. Así que lo reconozco y lo celebro.
–¿Te parece que lo que sucedió puede cambiar las cosas en el Congreso y hacer que los diputados finalmente den quórum?
–No sólo lo espero, sino que convoco a los diputados y diputadas del radicalismo y del Frente para la Victoria a que tengan la valentía de dar el debate en las comisiones. Que cumplan con su trabajo, que para eso les pagamos el sueldo, y vayan a decir su opinión, ya sea a favor o en contra.
–¿Cómo se sienten, ahora que tienen el turno para casarse?
–Muy felices y muy emocionados. Pero, a la vez, no queremos ser dos privilegiados. La igualdad jurídica no puede ser sólo para dos personas y no es posible que sea necesario ir a la Justicia para tener los derechos que la Constitución nos garantiza a todos y todas. Por eso hace falta que los diputados voten la ley antes de fin de año, para que todas las parejas tengan los mismos derechos con los mismos nombres.
Fuente: http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=34097

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